Cómo controlar el estrés laboral

La vida diaria nos exige estar a la altura de diferentes demandas en todos los ámbitos. Debemos responder en el trabajo, con nuestra familia y además estamos habituados a exigirnos cada vez más y mejores resultados a nosotros mismos.

Cada vez que nos enfrentamos a una demanda ambiental o personal se produce una respuesta de nuestro organismo que da lugar a alguna acción. Si como resultado de ello no podemos reaccionar adecuadamente y responder a esa demanda porque nos sentimos desbordados, entonces la respuesta será el estrés.

Así en el ámbito laboral sentiremos el estrés cuando aceptemos o nos impongan una serie de tareas que consideremos difíciles, laboriosas y que tenemos que tener listas en un tiempo determinado.

El estrés es una respuesta particular de cada individuo. Lo que para uno puede ser un reto y motivarle para otro puede ser algo extenuante e imposible de realizar. Incluso cuando esas dos personas estén suficientemente capacitadas para el desempeño, una puede sentir que no llega y la otra puede responder consiguiendo un buen resultado y sin estresarse.

También hay personas que cuando se sienten estresadas saben hacer frente a esa sensación ya que evalúan la situación correctamente de forma realista, en cambio otras personas pueden evaluarla de forma catastrófica y entrar un una espiral de angustia que no les permite un desempeño adecuado. Esas personas pueden tener una percepción de sí mismas  que haga que no se consideren capaces de afrontar una situación cuando en realidad cuentan con los recursos necesarios para afrontarla con éxito.

Seguidamente os facilito unas pautas para poder afrontar con éxito el estrés e incluso evitar sentirlo.

1-     Observa cuál es tu grado de resistencia frente al estrés, cuántas tareas puedes asumir, hasta que punto soportas la presión del tiempo, la urgencia etc... Sea cual sea tu tolerancia al estrés no tiene por que coincidir necesariamente con la de otras personas.
2-     Si depende de ti comprométete solo a encargarte de las tareas que seas capaz de hacer. Cuando tengas esas tareas invierte un tiempo en definirlas y ordenarlas por orden de prioridad. Asígnales un tiempo previsto para realizarlas y si cuentas con un equipo a tu cargo delega tareas marcando el plazo y el objetivo para que les quede claro.
3-     Si eres de ese tipo de personas que asumen muchas tareas creyendo que las pueden llevar a cabo sin problema para luego estresarse, deberías reflexionar sobre ti mismo. ¿Por qué tienes esa necesidad de sentirte desbordado por el trabajo?, ¿puede ser que huyas de alguna situación y prefieras tener la mente constantemente focalizada en tu trabajo en lugar de por ejemplo en tu familia?.
4-     Muchas personas acaban también estresándose por que se exigen niveles de perfección imposibles de alcanzar. ¿No serás demasiado perfeccionista?.
5-     No solo escuches lo que los demás te piden, aprende a negociar con ellos. No se puede decir que sí siempre y cargarte de tareas. Los jefes muy a menudo no son conscientes de que lo que te piden es demasiado y si no se lo haces ver tú ellos no lo verán por tí.
6-     Los problemas y asuntos de la oficina deben quedar allí cuando tú te vas. Esto es más sencillo cuando se tiene una vida personal rica. Cultiva pues tus amistades, las relaciones con tu familia, tus aficiones y todo ello con gente que no provenga de tu entorno laboral. De esta forma cada hora que pases fuera de la oficina te ayudará a que desconectes totalmente ya que vuelvas con energías renovadas.
7-     Practicar ejercicio físico beneficia a nuestro organismo y a nuestra mente ya que nos mantiene concentrados en los movimientos (no es posible pensar en dos cosas al mismo tiempo).
8-     Los ejercicios de relajación ayudan a calmarte en situaciones de estrés siempre que uno haya adquirido cierta práctica. Relajarse también requiere aprendizaje.
9-     Saber rendirte. No pasa nada por reconocer que te sientes desbordado y  no puedes terminar alguna tarea. Si es necesario pide ayuda. Todos tenemos unas limitaciones y es normal hacerlo notar a tus superiores cuando es necesario.
10-   En caso de que seas el responsable de una división o departamento una de tus funciones sin duda es la delegación de tareas. Cuando el gerente te encarga el proyecto delega a cada persona de tu equipo teniendo en cuenta cuáles son sus virtudes y preferencias en las tareas. Nunca debes realizar un proyecto por ti mismo; tu respondes del trabajo asignado a tu equipo de cara a gerencia pero cada miembro del mismo tiene a su vez responsabilidades que cumplir ante ti.
Da valor a cada trabajo que se te encarga. Si tus jefes se acostumbran a que todo trabajo de calidad requiere un tiempo adecuado para llevarlo a cabo sabrán valorarte. No seas tan rápido ni tan fantástico ya si actúas así lo que tanto te cuesta parecerá a los demás demasiado sencillo.

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Fuente del artículo http://www.articulo.org/6250/laurasamo

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